Nueve de cada diez consumidores podrían ahorrar una media de 68,4 euros anuales si entendieran bien el recibo de la luz y a la vez aprendieran a ser más eficientes, según cálculos de la compañía Lucera

Muchos consumidores siguen sin entender el recibo de la luz por los conceptos y tasas incluidas, así como por la terminología compleja empleada. De hecho, nueve de cada diez consumidores podrían ahorrar una media de 68,4 euros anuales si entendieran bien la factura y a la vez aprendieran a ser más eficientes, según cálculos de la compañía Lucera. Para notar este impacto en el bolsillo es primordial identificar si el contrato pertenece al mercado regulado (PVPC) o libre. Pese a la importancia de este dato, siete de cada diez hogares españoles desconoce en que mercado se encuentra su suministro de electricidad y más del 38% de las familias no sabe qué tarifa tiene contratada, según la CNMC.

En el caso de las tarifas de PVPC no se pueden ofrecer descuentos, excepto el bono social a hogares vulnerables, pero en el mercado libre sí se ofrecen tarifas para huir «de la variabilidad del mercado regulado». Sin embargo, estan ofertas pueden tener truco. «La trampa está en que muchas de ellas aseguran que ofrecen servicios donde se aplica un porcentaje de descuento en las tarifas, que en muchas ocasiones suelen ir acompañados de permanencias en la compañía. Esto hace creer a la mayoría de los usuarios que están pagando el mismo precio del kWh existente en el mercado regulado (PVPC) cuando no es así. Además, pueden ofrecer servicios adicionales que muchas veces el usuario no necesita, encareciendo así la factura de forma artificial», indican los expertos de Lucera en una nota.

Por su parte, en la Organización de Consumidores (OCU) añaden que se ofrecen «superdescuentos como gancho para la contratación» y que se inflan los «propios precios de partida, para después anunciar ofertas con grandes descuentos». «Otra de las practicas generalizadas entre gran parte de las comercializadoras consiste en activar al cliente la tarifa de acceso con discriminación horaria (tarifa de acceso 2.0DHA ) sin que el consumidor sea consciente de ello. Las compañías aplican al cliente un precio único las 24 horas, pero ellas pagan a la distribuidora las tarifas de acceso con discriminación horaria, eludiendo así trasladar a sus clientes todo el potencial ahorro de esta modalidad», tal y como se extrae de la nota de la OCU.

En este sentido, recopilamos las «trampas» que se pueden encontrar en el mercado libre de electricidad en base a las opiniones de los expertos de Lucera y OCU:

Descuentos que no son tal. Las comercializadoras suelen cobrar tarifas más caras que las que pagarían los clientes en el mercado regulado a pesar de la rebaja aplicada. Además, muchas veces el descuento finaliza a partir del segundo año de contrato.

Bonos en vez de tarifas planas: Conviene leer bien la letra pequeña porque, a veces, dichas tarifas son solo bonos que permiten un determinado consumo y si se supera habrá que abonar un precio más alto por el consumo de energia adicional.

Cuando sube el precio de la luz… Algunas eléctricas aprovechan los meses en los que el mercado regulado es más caro que el libre para convencer a los consumidores con ofertas «irresistibles». «El problema surge cuando la tarifa del mercado regulado baja y los usuarios terminan pagando de más en vez de ahorrar al final del año», advierten desde Lucera.

Letra pequeña engañosa: El usuario debe resvisar que la potencia contratada es la adecuada a sus necesidades y vigilar cada año los términos y el valor de la energía. si las condiciones no son favorables, el consumidor puede optar por cambiar de tarifa o de compalía, aunque las condiciones deberán cumplirse hasta que finalice la cláusula de permanencia.

Servicios complementarios: los consumidores no suelen aprovechar los servicios adicionales que se ofrecen junto a las tarifas del mercado libre, como el seguro de asistencia por averías del ahogar. «Es fundamental que estos servicios estén a disposición de los consumidores, pero que solo sean ofrecidos a aquellos usuarios que realmente tengan la necesidad y que los contraten con conocimiento real», señalan en la nota de Lucera.

Identificar las revisiones de precios. En la OCU aconsejan que el consumidor vigile el término fijo de la factura de gas y luz, pero también los precios del kWh consumido de gas (entre 0,04 euros y 0,06 euros según la tarifa contratada) y de electricidad (aproximadamente 0,12-0,13 euros y si tiene la modalidad con discriminación horaria en torno a 0,15 euros en horario punta y 0,07 euros en horario valle).